Quiero sumarme a las voces
que felicitan a la SCJN por abrir el debate en torno al consumo del cannabis.
Por fin será discutido en la suprema corte y, más importante aún, está siendo
discutido por el pueblo. Y ahora me da vergüenza que no se halla discutido
antes, que no hayamos obligado a los congresos locales y al congreso de la
unión a ocuparse del tema; hoy el tema ya se debate y no hay que dejarlo ir. Ya
muchos dan sus opiniones y lo seguirán haciendo desde diferentes puntos de
vista dando argumentos bien fundados de porqué es necesario legalizar la
mariguana y cambiar la obsoleta forma en cómo se combate al crimen organizado;
yo aquí que no soy experto hago mi pequeña contribución al debate señalando
algunos puntos que no deben pasar desapercibidos.
Debemos, para empezar,
quitarnos el asombro y la alegría que nos da que ya se hable de ese tema en la
SCJN, para centrarnos en la realidad, y la realidad es que es una discusión muy
tibia; se está hablando apenas de la posibilidad de dar amparos para consumir,
cosechar y transportar la marihuana para uso lúdico, cuando ya se debería estar
hablando de legalización para todos los estados.
Es una discusión que llega
vergonzosamente tarde. Después de tanta violencia generada por la guerra contra
el narcotráfico, y entre los carteles, después de que todos sabemos que es más
dañino un cigarro de tabaco con alquitrán que uno de cannabis sativa, después
de tanta evidencia del fracaso de las políticas prohibicionistas. Y ahora apenas
discutimos la posibilidad de un amparo.
No, la SCJN está lejos de
merecer un aplauso y una ovación de pie, por la tibieza con la que toma el
asunto y por otras cosas que ha pasado por alto que no es menester discutir
ahora, lo que debemos darle ahora a la Suprema Corte es presión para que no dicten cualquier resolución
tibia, mediocre. Y también debemos presionar al congreso para que empiece a
legislar con un enfoque permisivo para combatir la violencia del crimen
organizado. Esta es ahora nuestra obligación como ciudadanos.
Y ahora el último punto que
voy a señalar, y me da más coraje y repudio que la tardanza y la tibieza y es
más grave: La resistencia. Increíble, pero aún hay quien se opone a la
despenalización. Es verdad de la despenalización de la mariguana no es un gran
martillo que va a destruir a los cárteles, ni una varita mágica que va a acabar
con la violencia, no. Aceptemos que eso es una fantasía porqué la mariguana en
México es apenas un sector del mercado de los cárteles; la demanda fuerte está
en E.U.A y está diversificada con otros productos químicos como la cocaína etc.
Pero si sería un golpe más fuerte que todo lo que se ha hecho en esa lucha
contra las drogas que lleva demasiadas bajas a lo estúpido.
Combatir violencia con más
violencia nunca va a dar paz como resultado, todos sabemos eso. Y el gobierno
todavía nos quiere hacer creer, y dudo que ellos se lo crean, que capturando a
los jefes de los cárteles se vence al crimen organizado, pensando que cortando
la cabeza cae el cuerpo, el problema que ese principio solo aplica para seres
vivos, no para organizaciones criminales. En una organización criminal si se
corta la cabeza salen otras tres a sustituirla, eso en el caso que no siga
operando desde prisión o si no se escapa.
El “argumento” que dan los
opositores de la despenalización es que no quieren que sus hijos se droguen,
que quieren que sea más difícil que sus hijos consuman droga. A estos yo les
digo: Si tú tienes tan maleducados a tus hijos, tan perturbados, tan
trastornados que sabes que son propensos a las adicciones; se van a drogar de
una u otra forma. ¿O acaso ahora que es ilegal la mariguana es imposible
comprarla? No, es fácil e incluso barata. ¿No hay otras sustancias legales a
las que alguien propenso se puede hacer adicto? Sí: Alcohol, tabaco, cafeína,
azúcar, etc.
Es que están pensando que
las drogas son el problema, cuando los problemas son psicológicos y familiares,
la adicción es tan solo una consecuencia de los problemas raíz. También les
digo que lean más porque no están informados; están confundiendo los términos
uso, abuso y adicción.
Aunque todos tenemos
libertad de expresar nuestras opiniones, la verdad no todas tienen valor, y los
ultraconservadores van a defender sus decadentes valores morales contra el
progreso y la verdad. La semana pasada vi a uno por la televisión, era Esteban
Arce en un programa de televisa. Querido lector no te dejes engañar, no creas
nada, ni siquiera lo que yo digo, investiga, mantente atento del debate, de
toda la información seria, sustentada, científica que confirma lo errado de las
políticas prohibicionistas. Y es que se puede deducir con el sentido común.
¿Qué pasó en E.U.A durante la ley seca de 1919?
Ya me despido querido
lector, realmente no tengo mucho que decir, contra los que se oponen no hay
debate; son argumentos contra tabús. Mando un saludo a la sociedad Mexicana de
Autoconsumo Responsable y Tolerante, te recuerdo de nuestro deber de presionar
por políticas objetivas. Y te dejo una frase de Martín Barriuso Alonso de su libro La
prohibición de drogas del tabú moral a la desobediencia civil:
Mientras que
el sistema de prohibición, a pasar de las numerosas críticas que recibe, y de
las abrumadoras evidencias de su carácter contraproducente, se sostiene en pie
con una fortaleza que solo se explica por los intereses ocultos a los que
realmente sirve que lo convierte en rentable a pesar de su aparente fracaso[1]
Barruso,
M(2003), La prohibición de drogas, del tabú moral a la desobediencia civil. En Ana, U. (2012). El uso de drogas por parte del
adolecente: de la prohibición a la transgreción. Fermentura. Revista
venezolana de sociología y antropoligía, 61. Disponible en http://www.redalic.org/articulo-oa?=70518541006